La crisis inmobiliaria del coronavirus en México

El Coronavirus llegó para impactar no solo la salud, sino la economía; uno de los primeros sectores que resultaron afectados, fue el de los servicios

Ante el temor de contagio, la gente dejó de asistir y muchos restaurantes y negocios se vieron afectados y tuvieron que disminuir su plantilla laboral.

Al sector servicios le siguió el industrial, siendo uno de los más afectados el de la construcción

A nivel mundial, diversas empresas han manifestado una clara des-aceleración de la compra venta de inmuebles, sin embargo la crisis en este sector no será por la suspensión de actividades en la industria, será una crisis de consumo.

El ciclo de la vivienda en México

En México, uno de los principales mecanismos de consumo de vivienda, es la vivienda en desarrollo o la famosa «preventa», es un método utilizado de manera frecuente por los constructores o desarrolladores con la finalidad de poderse hacer de recursos provenientes de gente interesada en comprar una propiedad, para financiar su propio desarrollo.

Esto es un ganar-ganar para el comprador y el vendedor, ya que el primero accede a mejores precios, y el segundo no necesita desembolsar para la obra del desarrollo, ya que una buena parte del capital requerido vendrá por conducto de las cantidades que entreguen los compradores en preventa.

El problema surge, cuando la cadena industrial se suspende; el desarrollador necesita dinero para construir, por lo que convoca a clientes interesados en la preventa y los clientes se comprometen al pago mediante dinero en efectivo o alguna forma de crédito hipotecario, esperando continuar con cierta estabilidad en su ingreso.

En este caso, se espera que los efectos del Coronavirus desemboquen en altos niveles de desempleo que no estaban esperados, rompiendo así con el ciclo de la industria inmobiliaria.

De acuerdo con información de la Asociación de Bancos de México  de abril de 2020 con corte a febrero, a nivel nacional hay un monto acumulado de 25, 814 millones de pesos en créditos hipotecarios de los cuales,  en Puebla se tiene un acumulado de casi mil millones de pesos en créditos, créditos que fueron otorgados por distintas instituciones bajo un promesa de pago, en viviendas de nivel popular, tradicional y medio.

La crisis de COVID-19 empezó formalmente en marzo de 2020 y los efectos en el desempleo aún no son tan evidentes, hace unos días, se informó que ya se habían perdido casi medio millón de empleos, y algunos analistas mencionan que para fin de año podrían perderse aproximadamente 1.5 millones de empleos a nivel nacional.

Haciendo el supuesto que un buen número de esos 1.5 millones de desempleados tenía un crédito hipotecario, se puede inferir que muchos de ellos ya no podrán continuar con los pagos de sus hipotecas, afectando así la cadena industrial de la construcción.

Si ustedes recuerdan, hace 12 años hubo una crisis similar en los mercados inmobiliarios, debido a la sobre oferta de créditos que finalmente no eran pagados, las famosas Sub-Prime; créditos de alto riesgo que fueron otorgados para adquirir vivienda y que finalmente no eran liquidados.

Los efectos en el corto plazo, deberían ser un endurecimiento de las políticas bancarias para otorgar créditos, ante el inminente aumento del desempleo, sin embargo, aún existen casi 26 mil millones de pesos en créditos de los cuales no hay certeza en que puedan ser pagados.

Así que debemos estar pendientes del mercado inmobiliario y el pago de los créditos, ya que a la crisis de salud y crisis económica provocada por el Coronavirus, podría sumarse una inminente crisis inmobiliaria.

Por Eduardo Román

Eduardo Román

Economista y maestro en Auditoría Gubernamental Rendición de Cuentas y Gestión Estratégica con experiencia en finanzas públicas rendición de cuentas, gobierno abierto, evaluación de desempeño, control interno, ciencia de datos liderazgo y gestión estratégica.

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