El contagio controlado; la mejor opción para reactivar la producción
Recientemente se ha dado a conocer el enfoque inglés para abordar la epidemia de Coronavirus, el cual ha sido por demás polémico y criticado.
Sin embargo, el mismo podría tener efectos positivos en la economía en el corto plazo.
Inglaterra ha optado por un modelo de inmunidad de grupo, o inmunidad colectiva, la cual generalmente se alcanza mediante amplios procesos de vacunación, o por otro lado, el dejar que un amplio porcentaje de la población acabe infectado y desarrolle su propia autoinmunidad. Sería el modo de reforzar la defensa frente a una epidemia que se prevé estacional y que seguirá atacando en los próximos años.
Hay que tomar en cuenta dos importantes aspectos de Inglaterra, tienen un economía fuertemente consolidada, un sistema de salud robusto y una población menor a los 60 millones de personas.
En países como México la idea de hacer esto podría parecer completamente irreal, tanto por el nivel población que tenemos; 130 millones de personas y especialmente de gente de bajos recursos, como del deficiente sistema de salud encabezado por el INSABI.
Sin embargo, es una idea que podría ser perfectamente aplicada en los aspectos micro de la economía, el más importante, el sector productivo.
Con las medidas actuales que está tomando el gobierno, se plantea un pico de la pandemia para el mes de Junio y un proceso de des aceleración en la curva de contagio para el mes de octubre.
La realidad, es que congelar la economía durante casi un semestre completo, tendrá efectos peores que la pandemia en si misma; desempleo, inseguridad, feminicidios, disminución de la inversión, empresas en quiebra, entre otros…
El atender al sector salud, sin cuidar el sector económico, sería un grave error que no se le perdonará al gobierno y a la industria.
Ante esto, es donde hay que rescatar el ejemplo de Inglaterra y optar por la inmunidad de grupo, no la inmunidad de toda la población, sino de los sectores estratégicos de la economía, como las empresas industriales.
Una fabrica podría organizar una suerte de contagio generalizado a sus obreros, proporcionando medidas de sanidad y de seguridad, para garantizar que todos los empleados de la fábrica se contagien y sean tratados de manera apropiada, estableciendo un periodo de cuarentena prudente para poder regresar a tener operaciones normales.
De esta forma, una empresa no debería detener sus operaciones medio año, y sólo suspendería sus actividades un mes a lo mucho, mitigando de esta forma los efectos multiplicadores en la economía.
El apostar sólo al «quedarse en casa» durante meses es completamente improductivo, y un esfuerzo ocioso que podría perjudicar de forma fuerte al sector industrial en México. la mejor opción, es rescatar la experiencia de Inglaterra a niveles micro, he ir recuperando poco a poco las actividades del sector industrial y turístico de nuestro país.
Por Eduardo Román