Aumento al Salario Mínimo es demagogia
Esta semana se aprobó una reforma al salario mínimo que aumenta el monto en 15%, con lo que pasó de 123.22 a 141.70 pesos a diarios.
Un aumento de 18.5 pesos al día, o un pasaje de camión, un refresco y unas papitas, medio kilo de huevo o un litro de leche.
El incremento pretende compensar la pérdida histórica del poder adquisitivo que ha tenido la clase media baja y baja los últimos 20 años en México.
Un esfuerzo noble, pero inútil.
En principio se debe descontar la tasa de inflación anual que va en el año, que hasta noviembre ha sido del 3.3% de acuerdo con INEGI, se estima que llegará al 4% para finales de diciembre.
Así que el incremento del 15% ahora ya es del 11% o 13 pesos con 50 centavos.
La reforma además de compensar solo una parte del salario, solo sirve para mitigar de forma parcial el efecto acumulado que se ha tenido en el poder adquisitivo.
Y no solo eso, en la práctica, el porcentaje de trabajadores en México que ganan un solo salario mínimo es relativamente bajo.
De acuerdo con la información de Ocupación proporcionada por INEGI, en México hasta el primer trimestre de 2020, hay 55,352,304 millones de personas ocupadas, de las cuales 12, 533, 197 son las que perciben hasta 1 salario mínimo como ingreso, el 22.6%
En la práctica, la reforma solo servirá para beneficiar al 22% de la población con un incremento de 13 pesos al día (ni un litro de leche)
Surgen las siguientes preguntas:
¿El incremento en verdad podrá mitigar los efectos de la pérdida en el poder adquisitivo?
¿Los empleadores podrán absorber en plena pandemia los efectos del incremento sin perjudicar de alguna manera a sus trabajadores?
¿No sería mejor tomas acciones para disminuir la tasa de desocupación que incremento de manera sustancial hasta el 12% a causa de la pandemia?
Son respuestas que no obtendremos.
Por cierto, la reforma fue celebrada con bombo y platillo, demagogia pura.