Arabia rechaza oferta de producción de México, éstas podrían ser las consecuencias
El ministro de Energía de Arabia Saudita, el príncipe Abdulaziz bin Salman, advirtió que México de cumplir con su papel de reducir 23% su producción de barriles de petróleo diarios durante un periodo de dos meses para estabilizar el precio del crudo y no solamente el 5% como lo planteó el presidente Andrés Manuel López Obrador.
La posición dura de México, al negarse a recortar su producción de petróleo en 400,000 barriles dentro del histórico acuerdo que cocinan los mayores exportadores de crudo del mundo para afrontar la crisis energética, puede costar más al país por las consecuencias de quedar fuera de la negociación, explican expertos del sector.
El gobierno mexicano puso en jaque el mayor acuerdo petrolero en la historia entre miembros del poderoso cartel de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y los mayores exportadores como Estados Unidos y Rusia para reducir la extracción de petróleo, con el fin de elevar el precio del crudo en un mercado deprimido desde hace casi un mes por un previo desacuerdo entre las potencias para llegara estos recortes.
La Secretaría de Energía, a cargo de Rocío Nahle, se opuso al recorte de 400,000 barriles que le corresponden a México como parte de este acuerdo que pedía a todas las naciones reducir en 23% su extracción a partir de mayo, y por dos meses, para luego ir reduciendo estos recortes, y analizando la evolución del mercado.
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador sólo quiso comprometerse a reducir la producción en 100,000 barriles para promediar en mayo 1.68 millones de barriles promedio diario, y llegó a un acuerdo con Estados Unidos para que sea el país vecino quien tome otros 250,000 barriles extra a los que prometen van a dejar de producir en su país, aunque sin llegar a un acuerdo impuesto que violaría sus leyes de competencia económicas.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que ayudará con este acuerdo, un apoyo que se pagará después, sin dar detalles, dijo el mandatario en una conferencia este viernes en la tarde. Este acuerdo aún está en la mesa de las negociaciones en la reunión que tienen los países exportadores en el marco del G20, según versiones de periodistas que siguen la reunión.
La dura posición de México puede terminar por salir más costosa que el recorte propuesto por el grupo, dice Aldo Flores-Quiroga, exsubsecretario de Energía en el sexenio anterior.
“Independientemente de la crisis, creo que todos compartimos que producir más fortalece la seguridad energética de México (…) pero en la circunstancia actual es diferente. Este no es el momento de correr, sino el momento de recuperarse”, dice el exfuncionario y profesor visitante en la LBJ School en Austin Texas, Estados Unidos.
Flores-Quiroga fue parte de las negociaciones en las que participó México como parte de los acuerdos del cartel petrolero para reducir la producción durante la anterior crisis petrolera, de 2014 a 2016. El gobierno no tuvo que comprometer recortes en ese entonces, debido a que la plataforma de producción venía a la baja, por lo que los países del grupo aceptaron esas cifras como parte del aporte del país al acuerdo.
Pero la situación que se vive en la actualidad aún es más grave que la vista hace cuatro años, porque la caída de los precios del petróleo ahora está asociada a las repercusiones por la pandemia del coronavirus que aqueja a todo el planeta, y que pueden tirar la demanda de petróleo entre 10 a 20 millones de barriles promedio diario, o incluso más, creando una sobreoferta distinta a la vista en la anterior crisis, explica el ex funcionario.
“Hay beneficios asociados a esta producción. Además lo que se está acordando es un recorte temporal. No es de todo el año, sino de dos meses para ver si sigue después, y salvar la crisis. Claro que se puede participar”, dice Flores-Quiroga.
“Sino no hay acuerdo bajo la premisa de que deben entrar todos. Entonces el precio se va a caer, y eso va a afectar aún más la cotización del dólar, las finanzas públicas a pesar de que hay coberturas que las estabilizan, y la actividad económica del país. No es buena noticia para México ni Pemex que los precios bajen tanto», agrega
El exsubsecretario de hidrocarburos de Sener recuerda que México ha llegado a acuerdos con la OPEP en varias etapas de su historia, y que negarse a entrar puede implicar un mayor derrumbe en los precios internacionales del crudo.
“Esto es contrario a la historia de participación y liderazgo responsable de México en los mercados energéticos. Lo hizo en los 80, 90 y cuando se necesitó apenas entre 2014—2016. Es extraño este desvío”, dice el también catedrático.
La reducción de 400,000 barriles que piden los países en este acuerdo para México, si bien va a afectar las metas del gobierno de López Obrador de elevar la extracción de crudo, puede beneficiar en reducir los gastos para extraer en campos que son los más costos, y que aportan menos a la producción nacional, apunta Marcelo Mereles, socio de la consultora HCX.
“Dejas de producir esos 400,000 barriles, dejas de perforar, y todo lo que dejas de invertir se puede ir al sector salud”, dice el especialista.
Además el gobierno puede destinar menos crudo a las tareas de refinación en un sistema donde se produce un importante residual de combustóleo por cada barril de petróleo que entra, un producto con muy poco valor en el mercado, apunta Flores-Quiroga.