La Comisión Federal de Electricidad (CFE) informó que concluyó su segunda operación de administración de pasivos (recompra de bonos) en los mercados financieros internacionales, con un monto objetivo de 800 millones de dólares y un monto máximo de hasta 1,000 millones.
Detalló que la operación consistió en la recompra voluntaria de cuatro bonos internacionales emitidos con anterioridad por la CFE en moneda extranjera, con criterios de prioridad conforme al plazo de vencimiento, siendo el bono de corto plazo el de mayor interés y los bonos de largo plazo de menor preferencia.
La CFE indicó que los objetivos para realizar dicha operación son:
- Disminuir el riesgo de refinanciamiento de corto plazo.
- Mejorar el perfil de vencimientos de la deuda.
- Ampliar la vida promedio de la deuda, en sintonía con los activos productivos de la empresa.
- Reducir el nivel de endeudamiento de CFE en moneda extranjera.
- Generar ahorros financieros para orientarlos a su Programa de Inversión.
La CFE aceptó la totalidad de las ofertas presentadas por un monto nominal de 877.5 millones de dólares de los cuatro bonos. La ejecución
Los resultados de la operación permitieron generar un ahorro de capital de 20.5 millones de dólares, dado que todos los bonos fueron recomprados por debajo de su valor nominal.
La CFE obtendrá un ahorro financiero acumulado de 146.3 millones de dólares por intereses evitados del plazo remanente de los bonos y aprovechó las condiciones cambiarias para reducir el costo en pesos de la deuda recomprada en moneda extranjera.
La empresa productiva del Estado designó como coordinadores globales de la operación financiera a ”BNP Paribas Securities Corp.”, “Citigroup Global Markets Inc.”, “Morgan Stanley & Co. LLC” y “SMBC Nikko Securities America, Inc.” La empresa “Global Bondholder Services Corporation” fungió como “Tender Agent” e “Information Agent”.
“Los ahorros financieros generados por esta operación permitirán fortalecer el Programa de Inversión de la CFE 2023-2027 para incrementar, modernizar, rehabilitar y mantener los activos productivos y la infraestructura eléctrica que permitan atender la creciente demanda de energía eléctrica derivada de fenómenos como el nearshoring”.
“Así como acelerar los planes de transición energética para reducir los impactos negativos al medio ambiente de forma relevante, en particular las emisiones de gases de efecto invernadero, además de los proyectos para incrementar la productividad y competitividad de la empresa eléctrica”, señaló la CFE.